El muñeco u objeto de apego

Muchos niños tienen un muñeco u objeto (mantita, almohada, gasa…) normalmente de textura suave, agradable al tacto, por el que sienten mucho cariño y por que se sienten muy aferrados y lo llevan consigo día y noche.

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Este muñeco de apego, también llamado transicional, se vuelve tan importante en la vida del niño que le acompaña durante todo el día, lo pide para acompañarle al dormir y lo busca cuando necesita consuelo. Este muñeco le da seguridad, comodidad y compañía. Le ayuda a reconocerse a sí mismo como independiente de otros seres que le rodean, le ayuda a controlar la ansiedad de separación y es un primer paso para relacionarse con otras personas, siempre respetando el apego que el bebé siente con sus padres.

¿Cómo suelen ser estos muñecos u objetos transicionales?

  • De tacto suave, a los pequeños les gusta sentir en su piel el tacto de su muñeco de apego o transicional.
  • Tiene un olor especial debido al uso que le da el bebé (lo muerde, babea, arrastra, abraza…) y es muy especial para el bebé. Al higienizarlo se recomienda no hacerlo a fondo y sobre todo que el niño no presencie el proceso de lavado.
  • Tiene que ser ese muñeco u objeto y no otro. El objeto transicional no debe cambiar a no ser que sea el bebé quien decida cambiarlo como objeto especial y pasarle los poderes a otro.
  • Es un compañero fiel. No se separará de él, lo llevará a todos lados por lo que debe permanecer siempre a la vista y al alcance del niño.

¿Cuál es el objeto transicional de tu pequeño? ¿Y el tuyo, lo recuerdas?